La vid es una parte muy importante de la fabricación de vinos, pero hasta la vid más robusta y resistente, como la Monastrell del D.O Jumilla necesita un cuidado especial. Y muchos de los fertilizantes, fungicidas y pesticidas industriales sólo logran dañar las plantas y afectar el terroir.
Es por eso que la viticultura biodinámica entra al campo como una opción más natural con mejores resultados.
La viticultura biodinámica es un proceso de cultivo de vid que utiliza técnicas que tratan al terruño como un ser vivo dentro del frágil equilibrio del viñedo. Para un viticultor biodinámico la naturaleza les devolverá en calidad de sus vinos el respeto que sienten por el terroir y es por esto que el respeto además el cuidado por el suelo y la vid es tan directo.
En términos más prácticos, la viticultura biodinámica son técnicas que prescinden del uso de químicos industriales, también se ciñen a metodologías que tienen un enfoque más místico. Con un calendario lunar estricto partiendo de la creencia que el satélite natural no sólo tiene influencia sobre las mareas sino además afecta al crecimiento y desarrollo de las plantas e incluso al ser humano. Por ello la viticultura biodinámica se rige bajo el mismo.
Su fundador fue el filósofo austriaco Rudolf Steiner. Quien en 1924 dio sus impresiones en una serie de conferencias a agricultores. Considerando la agricultura biodinámica como el respeto y la restauración de la vida, un equilibrio entre las plantas, los animales y el hombre, incluso las plagas, siendo necesarias para una adaptación de cepas más fuertes.
Claro, se refería a la agricultura. Pero ¿acaso el viñedo no es una extensión del mismo? La viticultura también es un aspecto importante dentro de la antropología y costumbres de la humanidad. Y es por esto que los conceptos de Steiner se expandieron a la viticultura biodinámica también.
Aunque la viticultura biodinámica tiene procesos y prácticas más elaboradas que otras, sus beneficios compensan el esfuerzo:
· Evitan el uso de insecticidas, pesticidas, fungicidas y fertilizantes químicos que dañan además erosionan la tierra.
· Utilizan de manera óptima los desperdicios de cosechas anteriores, mezclándolas con la misma tierra para abonar.
· Las técnicas de vendimia manual se dan de manera natural, preservando el viñedo intacto para futuras cosechas.
· Se respeta la biodiversidad y el control de plagas se hace mediante infusiones de plantas, o el uso estratégico de otros insectos o animales depredadores naturales de las mismas.
Respetando el principio de respeto y equilibrio de la viticultura biodinámica se consigue un viñedo productivo, que representa la filosofía y principios dejados por Steiner además reafirmados por múltiples enólogos alrededor de Europa y el mundo.
Para una viticultura biodinámica funcional es importante respetar el cuidado de la tierra como un organismo vivo.
La vendimia manual, empleo de abono animal (se usa un cuerno de vaca vacío, se rellena de excremento animal y se entierra en septiembre para ser desenterrado en primavera, entre marzo y abril) con el propósito que cree bacterias y microorganismos beneficiosos para la el viñedo como un fertilizante natural.
Otra práctica es no emplear el azufre en la bodega, después de la vendimia, así como levaduras que no sean las mismas que genera el mosto. Se impide la corrección de la acidez y tampoco se añade ácido sórbico adicional. La viticultura biodinámica apuesta por el desarrollo autóctono del caldo, dejando que la fermentación alcohólica y maloláctica se realicen de manera espontáneas, sin químicos adicionales.
Y se utilizan calendarios especiales como los de María Thun, quien ha estudiado y elaborado un “calendario de siembras” basada en las afirmaciones que la luna y los planetas influyen en la siembra y vendimia de los viñedos.
Para el control de plagas y enfermedades hay preparados que se categorizan del 500 al 508 y estos son:
500 Boñiga: (ya mencionado).
501 Sílice: Se usa óxido de silicio. Cuarzo o cuarcita. Se usa en combinación con la boñiga.
502 Milenrama: Se usa para desarrollar resistencia a los parásitos.
503 Manzanilla: Es eficaz para evitar infecciones bacterianas.
504 Ortiga: Se usa como repelente de insectos y pulgones.
505 Roble: Frena el crecimiento de hongos.
506 Diente de león: Estimulante para la tierra.
507 Valeriana: Para proteger al viñedo de las heladas.
508 Cola de caballo: Para proteger y controlar la botritis (hongo responsable de la “Podredumbre noble” que utilizan múltiples bodegas en sus vinos Premium).
· Viticultura convencional: Hace uso de todos los productos disponibles, tanto naturales como los procedentes de la industria.
· Viticultura integrada: Usa agroquímicos compatibles con el medio ambiente junto con técnicas tradicionales, para obtener un producto de mayor calidad, usando menor cantidad de químicos que en el convencional.
· Viticultura ecológica: Utiliza muchas técnicas de la viticultura biodinámica en cuanto a pesticidas y fertilizantes.
· Viticultura de precisión: Esta es la más avanzada en tecnología: imágenes satelitales, sensores integrados para medir la humedad del terreno, mapas y posicionamiento GPS, drones con sensores meteorológicos. Se caracterizan por sistemas de producción muy elevados.
España no cuenta con un organismo que certifique la viticultura biodinámica. Sin embargo, hay un organismo internacional denominado DEMETER. Esta es la única asociación ecológica que se ha alzado como una red internacional de organismos independientes para certificación biodinámica.
De esta manera aseguran que sus afiliados tienen los mismos estándares de calidad ¡Vamos! Como un sello D.O. Pero para viticultores biodinámicos.
Aunque la viticultura biodinámica es un poco más costosa y requiere mayor esfuerzo que las demás. Su esfuerzo se ve bien recompensado con productos de calidad y el prestigio de pertenecer a una sociedad de viticultores que respetan las características del terruño y utilizan técnicas que dan como resultado vinos de mayor calidad y elevadas propiedades organolépticas.