Dentro de la infinidad de bebidas alcohólicas existentes, el vino tinto es una bebida rica en antioxidantes y polifenoles con un bajo aporte calórico, destacando como una opción que cuenta con múltiples propiedades saludables.
De hecho, múltiples investigaciones a lo largo de los años han demostrado que un consumo moderado del vino tinto es beneficioso para la salud, ya que su elevado contenido de polifenoles puede ayudar a eliminar los radicales libres y ofrece una protección extra al corazón.
Como hemos comentado, los beneficios del vino tinto se disfrutan siempre y cuando se trate de un consumo moderado, ya que con un consumo diario superior entrarían en juego los efectos perjudiciales del alcohol. Dicho esto, los expertos recomiendan beber una copa de vino tinto al día, y a poder ser, durante la cena o el almuerzo.
Asimismo, hay que destacar que para disfrutar de estos beneficios debe ser un consumo regular, ya que beber una copa de vino de forma esporádica no será suficiente.
El vino tinto ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, siendo este uno de sus principales beneficios para la salud. La clave está en que esta bebida reduce la producción de colesterol malo (LDL) y aumenta el colesterol bueno (HDL).
Además, el vino tiene propiedades anticoagulantes, las cuales son altamente beneficiosas para prevenir ataques cardíacos y reducir el riesgo de trombosis, que consiste en la formación de un coágulo en el interior de los vasos sanguíneos.
Mientras que un consumo de vino excesivo puede provocar hipertensión por los efectos del alcohol, el consumo de vino tinto regular y moderado reduce y equilibra la tensión arterial, siendo altamente beneficioso para personas que padecen este problema.
Esto se debe al provinol, que alivia la hipertensión deficiente en óxido nítrico sintasa, siendo esta una de las razones por la que muchos nutricionistas recomiendan introducir el vino tinto en la dieta diaria.
También a que el vino tinto es una bebida hiposódica con un contenido de sodio inferior a 50mg por litro.
Esto significa que al contrario de lo que se ha creído de manera errónea, los hipertensos pueden beber vino, siempre que lo hagan con moderación, pues el alcohol en exceso elevará la presión arterial.
Ciertas investigaciones han demostrado que los polifenoles del vino tinto son buenos para los dientes, ya que se trata de antioxidantes naturales que desaceleran el crecimiento de la flora bacteriana, que es muy perjudicial para la salud bucodental, y destaca como la principal culpable de la gingivitis.
Se ha comprobado que el resveratrol, un polifenol del vino tinto protege la memoria, favoreciendo el aumento de las conexiones cerebrales en la zona que afecta a la memoria. Diferentes estudios en los que pacientes consumieron suplementos a base de resveratrol vieron beneficiada su memoria así como su estado de ánimo. Además, el resveratrol tiene una importante acción antioxidante, e incluso podría ser beneficioso para prevenir el cáncer, ya que tiene la capacidad para obstaculizar la proliferación de células tumorales.
El consumo de vino tinto diario ayuda a retrasar el envejecimiento, tal y como demostró un estudio de la escuela médica de la Universidad de Harvard, que confirmó que el vino tinto tiene propiedades anti-envejecimiento. Esto se debe a las procianidinas, un compuesto que se encuentra en el vino tinto, que ayuda a mantener en buen estado los vasos sanguíneos, que tienen un papel clave a la hora de alargar la esperanza de vida.
También hay que destacar que los antioxidantes del vino tinto son beneficiosos para la vista, ayudando a inhibir el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos, los cuales están relacionados con diferentes enfermedades oculares, como la retinopatía diabética o la degeneración macular.
Al estar hecho con uvas, el vino tinto es rico en vitaminas y minerales, especialmente en zinc y en hierro además de otros, ya que esta bebida cuenta con más de 10 oligoelementos esenciales.
Otro de los beneficios del vino tinto es que es beneficioso para tratar las quemaduras solares, gracias a los flavonoides de las uvas, que tienen propiedades protectoras ante una exposición excesiva a los rayos ultravioletas, reduciendo los efectos perjudiciales.
Un estudio realizado por la Universidad de Navarra con más de 5.500 personas de entre 55 y 80 años confirmó que el consumo de una copa de vino tinto diaria puede ayudar a reducir el riesgo de depresión. Concretamente, el estudio comprobó que las personas que beben entre seis y siete copas de vino son menos propensas a ser diagnosticadas de depresión.
Estos son los principales beneficios del vino tinto para la salud, que se han demostrado con el paso de los años a lo largo de diferentes investigaciones sobre esta bebida milenaria. Pero para disfrutar de estos beneficios, hay que hacer hincapié en que debe tratarse de un consumo moderado y regular.